Historia de Puntagorda
Dinámica de un
paisaje histórico
Frente a lo que pudiese parecer, el territorio que comprende actualmente el Municipio de Puntagorda, situado en el noroeste de la Isla de La Palma (Islas Canarias), ha sido ocupado y explotado desde la Prehistoria hasta la actualidad. Esta ocupación ha tenido lugar a lo largo de diferentes tiempos históricos, por formaciones sociales diversas que han racionalizado el territorio de formas singulares, y ha tenido intensidades cuantitativa y cualitativamente distintas.
Este proceso ha generado una multiplicidad de paisajes históricos que en muchos casos se han superpuesto unos a otros, pero, como si de una erupción volcánica se tratara, es posible diseccionar las transformaciones que del territorio han llevado a cabo las diferentes formaciones sociales asentadas históricamente en Puntagorda y reconocer las características que los definen.
La formación social benahoarita
El conocimiento y estudio del poblamiento aborigen en el territorio puntagordero se inicia sólo hace una década, y, como sucede cuando se inicia una investigación sobre algo casi desconocido, este poblamiento resulta ser más relevante de lo que hasta el momento se había imaginado.
Conquista, colonización y Antiguo Régimen. La construcción de una sociedad campesina en Puntagorda
Tras la finalización del proceso de conquista europeo a finales del siglo XV, del que no existen noticias de su presencia en la comarca noroeste, Puntagorda queda relativamente marginada de la nueva economía de producción implantada por los castellanos y basada en la caña de azúcar y en el control del agua. El territorio puntagordero se dedica a cultivo extensivo de cereal, pastos para la ganadería y tierras baldías, y sus propietarios vivirán en la nueva capital, S/C de La Palma. Sin embargo, a lo largo de la primera mitad del siglo XVI, van llegando nuevos pobladores, mayoritariamente campesinos y artesanos portugueses que se van a dedicar, preferentemente, al cultivo de cebada, centeno y trigo, y a la explotación forestal, donde la producción artesanal de brea llegó a ser muy destacada.
La sociedad puntagordera contemporánea. La lenta evolución hacia el progreso
Puntagorda se convierte en municipio en 1812, y, tras el último periodo de monarquía absoluta, recupera su municipalidad en 1833. El ayuntamiento, sede del gobierno municipal, se instala en la zona más poblada en ese momento, El Pinar, primero en una sencilla edificación, ya desaparecida, cercana al actual Instituto de Enseñanza Secundaria, y posteriormente en la Calle de la Oliva, en un edificio de dos plantas de mayores dimensiones.
Historiador: Francisco Pérez Caamaño
Arquitectura de servicios
En Puntagorda, como municipio rural, abundan las construcciones de servicios de uso agrícola. Imprescindibles para las labores diarias del campesino. Entre ellas podemos destacar las siguientes:
Depósitos de madera para recoger el agua de lluvia debido a la escasez de recursos hídricos en el municipio; por lo general, cada vivienda contaba con un aljibe situado, con frecuencia, en el patio. Son un elemento más de la vivienda tradicional, cada una poseía su propio aljibe donde se recogía el agua de la lluvia para ser consumida.
Debido a la gran relevancia de la uva en Puntagorda a lo largo de los años.
Construcciones circulares con muros de piedra seca y pavimento firme de tierra o empedrado donde se trillaba el grano.
El municipio se ha caracterizado por su escasez de agua, de ahí la importancia que cobran estas construcciones que han desarrollado la población y que han servido históricamente para recoger el agua.
Para almacenar animales, utensilios de labranza, paja, etc.